viernes, 26 de diciembre de 2008

1) llamando a la tripulación

como quien se extirpa viejos demonios se me dio por escribir, una o dos mentiras o medias verdades, como diría Sabina… medio gramo de anécdotas y sonrisas que sirvan de paliativo para un instante en que uno piensa en “no-estar” y, sobre todo, para que este espacio me sirva de guarida o de hostal temporal, o de casa perdida en el tiempo, sin pretensiones más allá de ser un refugio en algún lugar del ciberespacio, ya que no tengo (ni tendré) hi5, hi4, ni jay jay ni facebook ni ñatabook ni hogar dulce hogar.

este itinerario, este salto al vacío sin cuerda ni paracaídas, este suicidio con punto y comas, ha tardado mucho, por simple dejadez, como quien espera el tren sin fijarse siquiera si está en la estación correcta o no.

no sé qué tan saludable puede ser que te sumerjas en este viaje, no existen cinturones de seguridad ni pastillas para la altura, pero si un mapa, un mundo qué descubrir. está prohibido el equipaje y fumar en la cabina de viaje.

llamando a la tripulación, esta pesadilla, está a punto de partir…