sábado, 25 de abril de 2009

7) contravientos

hoy un pez gigante casi nos hace naufragar, todos resaron menos yo.
he pensado en enviar una postal a casa... quizá en el próximo puerto.

viernes, 3 de abril de 2009

6) un marinero cualquiera desvariando en medio del insomnio

y de pronto aparece
este engendro ermitaño,
este espectro dolor de muelas,
este arrodillarse sin estufas,
este Eielson sin saberse desconocido,
sin que sepan que cada nudo es un grito,
un grito desesperado,
y cada vez que escucho tu nombre,
lo escucho como lápida,
como tierra sobre hueso,
como dulce,
como saltamontes sobre esa cuerda subalterna,
sobre ese campo minado del que nadie sabe nada,
en el que la gente salta, rie, y hasta estornuda,
sí, y estornudan,
como si sólo allá hubiera frio…
… acá también,
un frio que duele, que quema,
que pone punto, que hace la fila, que se queja.

y que se calce el diablo estos zapatos, zapatos color maravilla, que le quede el tiempo entre los dientes y yo gritando entre tu frente y la mía, y grito fuerte, porque es lo único que sé hacer y amarrarme los zapatos… esta esperanza falta de muelas, de pastilllas para dormir,

y no me jodas para nada, nada que no sea tú o yó (con tilde) o tenedor o sálvese quién pueda y no me digas nada porque yo también sé gritar y decir y mentir, esa maravilla eclesiástica.
y tu nombre me sigue sabiendo a lápida, a gusana entusiasta, a arbolito, ha pared.